"Como ahora el alcalde de Bilbao, Don Miguel Primo de Rivera proclamó otras veces que el separatismo ya estaba vencido. El clerical y el laico, pues de los dos había sobre todo en Cataluña ancha sembradura. La realidad mostró después, qpenas caído el régimen dictatorial, que el separatismo seguía emboscado en las mismas posiciones y que iba a ser una de las fuerzas más activas de la revolución. Pocos meses más tarde, el pío varón Carrasco Formiguera suscribía en nombre de los separatistas catalanes el pacto de San Sebastián, que es el jalón más importante en la campaña de "encubierta desmembración del solar español", aludida por el Generalísimo en reciente decreto.
¿Se va a hacer ahora lo mismo?
¿ Se le va a proclamar vencido y derrotado sólo porque así lo deseamos o porque así nos lo parece?
No basta con que lo diga el ilustre alcalde de Bilbao, en un momento de honda y emocionada sinceridad.
Para acabar verdaderamente con esa verguenza que es para España y la misma Iglesia Católica el clero separatista, aliado de la revolución, hay que hacer cosas más profundas, intervenciones dolorosas, extirpaciones inexcusables. Pequeños, pero significativos episodios recientes revelan que no hay en el clero bizcaitarra propósito verdadero de enmienda"
Antonio Martínez Tomás "ABC" (Sevilla, 1 de agosto de 1937)
Lo que dice este hombre es vergonzoso. Y los términos que utiliza no merecen ningun tipo de respuesta.
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